Matemática… estás ahí?
Un libro de matemáticas puede leerse e interpretarse de muy variadas y diversas formas, todas ellas válidas (como ocurre, en general, con los libros), la diferencia es que en este caso, las desviaciones en la forma de conocer un documento de esta naturaleza, atentan contra la nobleza de su fin.
Sobre todo si hablamos de una parte de la vastísima producción, que se ha realizado para compartir el valor práctico de esta disciplina tan vilipendiada, y poco valorada.
Sin importar la forma en que el autor lo presente, un libro escrito para explicar las bondades de esta ciencia, es como una de esas navajas con doble filo: si no se domina la forma correcta y se es cuidadoso al manipularla, puede resultar contraproducente.
Por que ese tipo de trabajos, aunque no sea la meta del escritor, terminan siendo objetos exaltadores de la inteligencia: Quien comprenda y sea capaz de resolver los acertijos y demás problemas ahí planteados, es un ser privilegiado; un mal parecido, ocurre con los ‘lectores de alto rendimiento’, de los que tanto hemos hablado aquí.
Da la impresión de que el best seller latinoamericano ‘Matemática… estás ahí?’, del argentino Adrián Paenza (editado por la Universidad Nacional de Quilmes, y Siglo XXI Editores), sufre de este mismo mal. Presente en la lista de los más comprados (aunque no necesariamente, mas leídos) en los últimos dos años, el libro es un esfuerzo sincero por colocar a nivel del terreno de juego, la ciencia de los patrones (o patterns, en ingles, para no confundir con jefes o propietarios de empresas).
El hecho de que el libro, siga la misma fórmula que la mayoría de los textos divulgadores: Un poco de historia, unos cuantos problemas, acertijos, curiosidades, todo ello redactado de forma amena, lo convierte en presa fácil de quien busca incrementar su nivel de ‘cultura general’ o de aquel que quiere sentirse brillante.
Pero el compromiso del autor se percibe alejado de todo eso, y más cercano al hecho de eliminar la mala idea que se tiene de las matemáticas: ‘Uno de los propósitos de este libro es acercar a las partes. Mostrar la belleza que contiene pensar en un problema cuya respuesta uno ignora. Sobre todo eso: pensar, imaginar caminos, disfrutar de la duda. Y en todo caso, aprender a coexistir con el desconocimiento, pero siempre con la idea de derrotarlo, de descubrir el velo que esconde la verdad’.
Y es que las principales lecciones, llegan a través de las reflexiones con aplicaciones prácticas en la vida coloquial: ‘Uno intuye distinto cuanto más datos tiene. Cuanto más acostumbrado está a pensar en cosas diferentes, mejor se prepara para tener ideas nuevas (p 73).
Pero leer mucho sobre cualquier tema no es garantía de que se llegue a consolidar un pensamiento lateral eficaz, para eso se requiere voluntad, conciencia, y hasta un dejo de humildad, para entender que lo valioso es lo que sale de nosotros para mejorar el entorno, y no para lucirnos ante los demás.
Sobre todo si hablamos de una parte de la vastísima producción, que se ha realizado para compartir el valor práctico de esta disciplina tan vilipendiada, y poco valorada.
Sin importar la forma en que el autor lo presente, un libro escrito para explicar las bondades de esta ciencia, es como una de esas navajas con doble filo: si no se domina la forma correcta y se es cuidadoso al manipularla, puede resultar contraproducente.
Por que ese tipo de trabajos, aunque no sea la meta del escritor, terminan siendo objetos exaltadores de la inteligencia: Quien comprenda y sea capaz de resolver los acertijos y demás problemas ahí planteados, es un ser privilegiado; un mal parecido, ocurre con los ‘lectores de alto rendimiento’, de los que tanto hemos hablado aquí.
Da la impresión de que el best seller latinoamericano ‘Matemática… estás ahí?’, del argentino Adrián Paenza (editado por la Universidad Nacional de Quilmes, y Siglo XXI Editores), sufre de este mismo mal. Presente en la lista de los más comprados (aunque no necesariamente, mas leídos) en los últimos dos años, el libro es un esfuerzo sincero por colocar a nivel del terreno de juego, la ciencia de los patrones (o patterns, en ingles, para no confundir con jefes o propietarios de empresas).
El hecho de que el libro, siga la misma fórmula que la mayoría de los textos divulgadores: Un poco de historia, unos cuantos problemas, acertijos, curiosidades, todo ello redactado de forma amena, lo convierte en presa fácil de quien busca incrementar su nivel de ‘cultura general’ o de aquel que quiere sentirse brillante.
Pero el compromiso del autor se percibe alejado de todo eso, y más cercano al hecho de eliminar la mala idea que se tiene de las matemáticas: ‘Uno de los propósitos de este libro es acercar a las partes. Mostrar la belleza que contiene pensar en un problema cuya respuesta uno ignora. Sobre todo eso: pensar, imaginar caminos, disfrutar de la duda. Y en todo caso, aprender a coexistir con el desconocimiento, pero siempre con la idea de derrotarlo, de descubrir el velo que esconde la verdad’.
Y es que las principales lecciones, llegan a través de las reflexiones con aplicaciones prácticas en la vida coloquial: ‘Uno intuye distinto cuanto más datos tiene. Cuanto más acostumbrado está a pensar en cosas diferentes, mejor se prepara para tener ideas nuevas (p 73).
Pero leer mucho sobre cualquier tema no es garantía de que se llegue a consolidar un pensamiento lateral eficaz, para eso se requiere voluntad, conciencia, y hasta un dejo de humildad, para entender que lo valioso es lo que sale de nosotros para mejorar el entorno, y no para lucirnos ante los demás.